– Es del día en que mi mamá me mandó al club (River) para que hiciera alguna actividad (yo hacía más fútbol y voley en el Colegio Don Bosco y handball en la hora de Educación Física). Así que ahí fue que lo vi, me gustó y empecé a jugar.
– ¿Cuál es la importancia de tu familia dentro de la práctica de este deporte?
– Fue fundamental, tanto en mi época de jugador como de entrenador. Mi vieja me abrió el camino cuando me mandó al club para lo que terminó siendo mi profesión. Mi viejo siempre fue muy compañero y, cuando empecé a jugar al handball, él se acercó, pasó a ser parte de la subcomisión y después terminó siendo presidente e hizo toda su carrera dirigencial. Fue un apoyo desde cuando comencé a hacer cualquier deporte hasta el último día de su vida que estuvo al lado mío, me apoyó, me aconsejó y fue sin duda mi primer fan. Después, el apoyo de mis hijos fue también fundamental para mi desarrollo.
– ¿Cuando nació el amor por River?
– Desde que nací en realidad. Mi abuelo y mi tío abuelo eran dirigentes de River. Mis viejos se conocieron en River y yo antes de tener el documento tenía el carnet de socio, viene de herencia familiar. Es el club que me formó en lo personal y sobre todo en lo profesional. Hice toda mi vida federada en el club, mi vida profesional sigue hoy ligada al club después de 30 años. Ha sido una marca muy importante… El deseo de mi abuelo fue que tiraran las cenizas en la cancha de River y así fue. El deseo de mi viejo también fue ese y pude cumplirlo.
– En tus comienzos como jugador, ¿cuáles fueron los objetivos que te planteaste?
– Como jugador, llegar a jugar en la Primera del club, cosa que logré, aún no siendo un gran jugador, ni mucho menos tampoco. Me hubiese gustado llegar a jugar en la Selección, pero no llegué a estar, ni a jugar en preselección, ni siquiera en Femebal, lo que me asegura que no era un buen jugador.
– ¿De quienes aprendiste? Tanto como técnico y como jugador.
– Tuve muchos entrenadores muy buenos, con sus diferentes formas, y aprendí de todos. En cuanto a jugadores, cuando empecé a entrenar con la Primera había un equipo de monstruos donde estaban Bono, Simonet, Straffe, Néstor García, “el Gordo” Ambrosoni, Marcasoli, Beto Jung… ¡todos cracks! Yo era un pibito que recién entraba y aprendí mucho de ellos. Entrenadores muchos, Daniel González “el Conejo”, Luis Bravo, Ricobelli, Adolfo Tami, de todos aprendí mucho.
– Definite como entrenador.
– Es una pregunta media complicada, porque estaría bueno que otros me definan como entrenador. Trato de ser primero buena persona, poder transmitir los valores que me enseñaron mis viejos, mi familia. Fundamentalmente, trato de ser muy abierto, poder escuchar. Liderar desde un rol, no por imposición, sino por convencimiento. Ponerme en un lugar de observación para que los jugadores estén bien cómodos y a gusto. En definitiva, eso es lo que nos da resultado.
– Llevaste a la Selección Argentina a un lugar destacado. ¿Cómo se dio ese proceso?
– Primero, en mi formación traté de perfeccionarme y hacer mejor las cosas para cuando pudiese llegar a lo más alto. En cuanto al proceso, empezamos con categorías formativas, allá por el 2005 en Femebal. Luego, en 2006, tuve la posibilidad de dirigir la Selección, estaba entre la Mayor y la Juvenil. Trataron de juntarnos con Mauricio Torres pero preferí no hacerlo por diferencias de formas, de lo técnico y táctico, y salió la posibilidad de dirigir la Selección Juvenil. Con ese grupo de chicos se trabajó especialmente en la parte psicológica, para generar jugadores que estén preparados para ganar en los momentos en que hay que ganar a equipos que son mejores. Con ese grupo nos fue muy bien: llegamos a la semifinal del Mundial de 2007 en Bahrein, y ahí nos ofrecieron la Selección Mayor con el objetivo de clasificar a Londres. Lo que hicimos fue juntar tres generaciones de jugadores, que no es un tema menor. Tratamos de acomodar todo eso, y llegamos sin duda a lo más alto del handball argentino: estar seis años entre los mejores 12 del mundo, clasificamos a los dos Juegos Olímpicos del ciclo y hubo grandes actuaciones en el Mundial de Bahrein en Juveniles, el Mundial de Egipto en Junior, el Mundial de Suecia 2011 y el de Qatar 2015. Luego, Londres 2012 y Río 2016, que fue lo más destacado de las selecciones de Sudamérica a nivel mundial.
– El presente te conecta con el deporte amateur de River. ¿Cómo desempeñás esa función?
– Por suerte, estoy como Subdirector de Deporte Amateur del Club River Plate con Daniel Fidalgo, que es el Director, y está bueno poder acercarme y hablar con entrenadores de otros deportes y compartir experiencias. Es algo muy enriquecedor para todos y es la función que tengo hoy día, aunque no dejo de pensar en dirigir, cosa que haré en breve. No mucho tiempo más va a pasar sin dirigir.
– ¿Cómo están las inferiores del club y cómo ves a un conjunto de Liga con bastante juventud?
– Las inferiores están muy bien, se está haciendo un muy buen trabajo. Hay muy buenos profesores, con buena base tanto en varones como en mujeres. Hay varios nombres con mucha proyección para ser buenos a nivel internacional. Y la Liga… Es lo que tocó, quizás acelerando procesos porque hay chicos que se han ido (seis jugadores al exterior ya formados) y tuvimos que jugar con muchos pibes, sobre todo en la rama masculina pasó eso.
– ¿Un deseo para este año?
– En lo personal seguir trabajando en “mi glorioso River Plate” y seguir construyendo para que mejore, aportando lo que pueda aportar. Fundamentalmente eso, poder estar tranquilo y, en definitiva, ser feliz como lo estoy siendo. Eso, nada más.
GRACIAS ENORMES DADY!! Ric