Jugador
clave en el Ademar, por su lanzamiento zurdo de 9 metros y solidaridad en
defensa, Fede se muestra tal cual siente su apasionado Handball, ser parte de
la Liga ASOBAL y un referente en el seleccionado argentino.
¿Cuándo comenzaste a sentir que el deporte iba a significar
algo destacado en tu camino?
– Lo empecé a notar a partir de cadetes-juveniles. Cuando
en 2005 y 2007 juego los mundiales Juveniles, ahí comencé a darme cuenta que
quería vivir el deporte profesionalmente. Sabía que para eso tenía que ir a jugar
afuera y mi papá me decía que si quería ir a Europa a vivir de esto, primero
tenía que terminar los estudios secundarios. Una vez terminado eso podía
decidir lo que realmente quería. Así que a esa edad, a los 16, 17 años, fue el
punto de inflexión que me llevó a pensar en una carrera en el deporte a través
del handball.
– Los años en Vicente López fueron moldeando tus
características. ¿Qué entrenadores destacás de aquella etapa?
– La etapa formativa es sumamente importante. Yo hice las
inferiores en Vilo, desde los siete años hasta los 19, cuando me fui a
Torrevieja, en febrero del 2008. Creo que todos los entrenadores te enseñan y
en las diferentes etapas tuve la oportunidad de tener muy buenos técnicos.
Desde Sergio Gutiérrez, quien me llevó al handball de Vilo y tuve en las
categorías más chicas, hasta Cattore que fue mi DT en cadetes y juveniles,
siendo muy importante. Fueron todos fundamentales como así también Germán
Barceló, al que tuve en Juniors y Liga. Cada uno me fue enseñando diferentes
aspectos del handball. Al principio, cuando es recreativo, te enseñan a pasar y
recibir. Luego vas creciendo y se hace hincapié en las posiciones y el sistema
de juego, ya se comienza a jugar con defensas 6-0 o 5-1. Con lo que me quedo en
todas las etapas es la enseñanza que han tenido sobre los valores y el
compromiso. El ser constante y responsable en el entrenamiento. Sin todos estos
valores no se puede llegar a una Selección porque es donde la exigencia es
mayor, y ni hablar de poder llegar a jugar y ser profesional, lo que te permite
vivir de esto. Es algo donde debe primar el respeto hacia dirigentes, técnicos,
compañeros y la gente que acompaña.
– Con apenas 20 años, y luego de llegar a jugar en Liga,
diste el salto al Viejo Continente. ¿Cómo se dio ese paso? De qué manera lo
viviste?
– Eso se dio luego de tener un gran 2007, donde jugaba en
la Liga de Honor de Argentina. Pude salir campeón de una Liga Nacional con un
equipo que se formó en Córdoba para jugar ese torneo. Fue un año bisagra porque
me tocó participar en el Panamericano Junior en Viña del Mar, donde salimos
campeones. Luego llegó el Mundial Juvenil de Bahrein donde salimos cuartos. En
estos dos últimos torneos fui elegido mejor lateral derecho. Luego fuimos a
Macedonia a jugar el Mundial Junior y allí había entrenadores españoles mirando
jugadores y surgió la posibilidad de ir a Torrevieja, con Manolo Laguna. La
razón por la que me termino yendo es por la Selección y por los mundiales que
fui jugando. En referencia a de qué manera lo viví, fue una experiencia buena:
al principio tenía miedo de irme lejos de casa, a un país que no conocía, solo
y con 19 años. Una ayuda muy importante fue que allí estaba Sebastián Simonet
con quien había jugado en juveniles. Sabía que iba a ser una gran ayuda tener otro
argentino ahí. Con mucha ilusión, termino yendo por tres meses a entrenar con
un equipo de Asobal. Para mí era una prueba y sabía que si no me gustaba me
volvía, ya que no tenía un contrato firmado, y la verdad que se dio todo de
lujo: la ciudad muy bien, me ayudó Seba a adaptarme, luego vino Diego (Simonet)
también, y terminé firmando un contrato por tres años. Todo esto me ayudó mucho
a madurar, administrarme, tomar mis propias decisiones en el día a día y crecer
en lo personal.
– Comenzaste a jugar en el BM Torrevieja para luego pasar
por el BM Huesca, ¿cómo fue la adaptación por aquellos tiempos?
– La adaptación fue más en Torrevieja, ya que al pasar a
Huesca ya conocía los clubes y la dinámica de ser profesional. Al comienzo uno
viene de su club en la Argentina, donde jugás pero no deja de ser amateur. Al
ser profesional, las cosas van cambiando. En ese sentido, Manolo Laguna me supo
llevar de a poco en un comienzo donde jugaba pocos minutos y hay que
aprovecharlos de la mejor manera, mostrándote, pero sabiendo que hay un juego,
hay un orden: tus compañeros generan cosas para vos y al mismo tiempo vos debés
generar cosas para tus compañeros. Son los primeros meses hasta que te
acostumbrás.
– ¿Qué incorporaste a tus características, al jugar en
España primero y en Francia luego?
– El balonmano español es más técnico-táctico: dónde
atacar, en qué momento. Cuando se hace una acción hay diferentes opciones y
toma de decisiones. Por ahí es un juego más estudiado, las cosas se hacen por
algo, para generar un resultado. En el francés, el juego es más físico, más de
correr, de uno contra uno, más aguerrido y rápido. Esas son las diferencias y
lo que se va aprendiendo de cada uno.
– Siempre tuviste gran identificación con las selecciones
argentinas, desde los primeros momentos. ¿Cuáles son los momentos que recordás
con mayor intensidad?
– Desde 2003 que he estado con las selecciones en Cadetes,
Juveniles, Juniors hasta la Mayor. Los momentos intensos fueron varios pero
resalto el Mundial Juvenil 2007 y el Mundial Junior 2009. Fueron momentos
personales muy gratificantes por haber sido incluido en la Selección ideal de
esos mundiales. Y en la Mayor cuando en el Panamericano de Guadalajara sacamos medalla de oro y pudimos clasificar
para un Juego Olímpico. Y lo máximo fueron los dos Juegos Olímpicos, mucho más
el de Londres porque impactaba lo que estábamos viviendo, era algo nuevo para
todos. Entrar a la Villa los primeros días te daba una adrenalina por conocer
todo, cómo está organizado, ver otros atletas y vivir la ceremonia inaugural
que llena de emoción.
– ¿Qué te aportaron los diferentes entrenadores en la
Selección?
– En principio la Selección es un contacto previo con el
profesionalismo, porque entrás en una dinámica muy importante, con muchas
responsabilidades, donde se juegan torneos, hay mucha exposición mediática,
jugás finales y eso va formando al jugador para manejar la presión cuando se
llega al profesionalismo. Todos los entrenadores con su experiencia te van
aportando sus ideas, tácticas y formas de juego. Ellos van haciendo que el
jugador vaya completando sus características.
– Estuvieron de gira en Francia ¿qué expectativas te genera
y que destacás de Manolo Cadenas?
– Hacer una gira por Francia hace que lo importante haya
estado en poder estar juntos, entrenar, seguir evolucionando en el juego y en
lo que nos haya pedido Manolo. Es muy importante no dejar pasar mucho tiempo,
porque cuesta agarrar el ritmo entre todos y tener entrenamientos nos permitirá
llegar bien al Mundial. Queremos tener revancha del Mundial de Francia donde no
nos fue bien. Manolo nos ha aportado fundamentalmente el orden y una forma
diferente de jugar. También lo que se vio en los últimos partidos, que rotamos
constantemente, todos tenemos participación y eso hace que tengamos un equipo
largo. Una defensa más aguerrida con muchas disuasiones, también es de
destacar.
– Desde que llegamos a jugar al León, con Gonzalo (Carou)
el primer año y luego el siguiente año que vino Seba (Simonet), fuimos
evolucionando año a año. El primero quedamos terceros. Al siguiente, el
objetivo era clasificar a la Champions y salimos segundos. Esto hizo que
tuviéramos la exigencia de, mientras jugabas con equipos poderosos de Europa y
con viajes constantes, mantener la segunda plaza en la Liga Asobal, cosa que
logramos y fue fundamental para hacer que el equipo vuelva a estar en los
primeros planos.
Este año queremos repetir como mínimo lo que hicimos el año
pasado en Champions, pasando de ronda y jugar un play off con el primero o
segundo del otro grupo y ver si podemos llegar a octavos. Y en la Liga Asobal
continuar peleando arriba para entrar en copas europeas. En cuanto a mis
compañeros argentinos, los conozco mucho. Con Seba hice mis primeros tres años
en Torrevieja. Hemos compartido departamento, así que somos muy amigos. Con
Gonzalo coincidimos en Francia en 2014/15. Este es el quinto año que jugamos
juntos y te aporta mucha visión de juego, experiencia. En defensa es
fundamental tenerlo al lado porque te guía, te ayuda. Seba de central es el que
maneja los hilos y el que genera cosas para poder tener lanzamientos como lateral.
– ¿Qué soñás para lo que viene?
– Lo que soñamos aquí en León es arrebatarle algún título
al Barcelona, tal vez en una competición corta como la Copa Asobal o la Copa
del Rey. Poder llegar a una final con ellos y tener un título sería un sueño. A
nivel Selección, soñamos con volver a estar en un Juego Olímpico, poder llegar
a Tokyo 2020… Y ¿por qué no? ¡Soñar con un diploma olímpico!
Gracias enormes Fede!
Ric Debeljuh
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